“Los fantasmas no existen”, le dijo el rey al fantasma. “Y yo pensé que los reyes no existían”, le dijo el fantasma. “Entonces, uno de nosotros dos se ha equivocado”, dijo el rey. “Al parecer, así es”, dijo el fantasma e inició la hora de los fantasmas... Un rey que habla poco pero que quiere mandar mucho, una ardilla saltarina, una gata que ronronea bajo el sol, un perro alocado, el mar, las nubes... e incluso el fantasma de la hora del té. El rey pretende imponerse a los elementos naturales y descubre que no todo es mandar y obedecer.
Adaptación del cuento de Heinz Janisch "El rey y el mar" ilustrado por Wolf Erlbruch y editado por Lóguez Ed.